Sunday, February 20, 2005

Contratapa de "La lluvia y otros poemas"

En una de sus cartas, Emily Dickinson dejó escrito que publicar no es parte esencial del destino de un poeta. Nunca sabremos si César Mermet conoció ese hoy escandaloso dictamen, pero su vida lo confirma. Prefería soñar, escribir y corregir eternos borradores. He conversado algunas veces con él; no me dijo que era poeta. Sé que era un curioso lector; su memoria estaba poblada de versos. Quizá pensara que publicar es resignarse a un texto definitivo; Félix della Paolera, para compilar este libro, tuvo que descifrar intensos manuscritos que se ramificaban en variaciones.
No diré que fue un gran poeta porque, en este caso, el epíteto disminuye al sustantivo. Diré algo más; diré que fue plenamente un poeta. Su obra, que yo no sospechaba, me ha conmovido; he sentido en ella la presencia de las tierras de Santa Fe y de Mendoza. No se trata, por cierto, de descripciones; se trata de experiencias de la emoción.

Jorge Luis Borges

(Contratapa de La lluvia y otros poemas de César Mermet, Buenos Aires, 1980)